Que todo arda en una misma hoguera
Desde los libros de mis poetas favoritos
Hasta la cama en que duermo
Los documentos de cualquier identidad
Pasaporte, club del mambo costero, de asalariado
El apretar las manos mirando el horizonte
Las fotos en las que siempre aparezco de espalda
El posible encuentro de un cabello en el baño.
Si lamentarse trajera un poquito de sosiego
Rescataría las posibles tardes por venir.
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Que todo arda en medio de la calle
Con los colores de las más apasionadas caricias
Semillas para las injurias de posibles testigos.