Alonso Moraga

¡Salve!

Noche bendita del ansiado amor,
¡salve! porque a ti ha tornado
el fecundo invierno derramando
sobre tu sagrario inmaculado
la vendimia de su pureza.
¡Salve! porque a tu luz eterna
ha tornado el provechoso frío
que trae a las almas anhelo
y a los corazones esperanza.


A ti, noche bendita del amor,
¡salve! pues hoy tornas a mi vida
en el torrente del aguacero,
y traes en tu linfa castalia
el ansia del amor y vida nueva.
Noche del bendito amor,
¡Salve! ¡Salve! ¡Salve!