Cuando me miras , cuando el iris de tus ojos
en mí se fija, me recuerdas algo.
Hay un zumbido de sangre o de recuerdo.
Existe una cercanía en tu mirada que traspasa
mi entendimiento.
Cuando tus ojos me reclaman para considerar
tu esperanza de que yo no me olvido de ti.
Cuando el recelo de tu amor acumulado
exige la demanda de mis gotas de cariño.
Cuando me miras, nace en mi la pregunta.
Se extiende en mí el averiguar quien eres.
Tienes la consideración de estar pendiente.
De verme siempre como lo único para ti.
Hay litorales inmensos en la geografía de tu cariño.
Existen volúmenes sin sitio que solamente caben
en tu corazón.
Dulces cercanías cuando a mi te acercas.
Dulce estar cuando a mi lado te siembras.
¡¡ Qué natural forma de ser en meses y en siglos !!
Cuando me miras no soy nadie y me vences.
Penetras dentro de mi aumentando el volumen de mi vida.
Eres lo más fiel de estas turbadas aguas, remolinos,
de esta vida vital que a veces de ti se olvida.
Ángel inmenso de una entrega sin limites
y sin tiempo fuera del desamparo.
Sonora voz, detonación de entrega, espuma agradecida
hecha de frutos que hablan de secretos ciertos.
Cuando me miras una lágrima alegre
nace en algún lugar del mapa de mi alma.
Tus ojos se vuelven brillantes como el oro
y como el mar, tu mirar es esponja de latitudes
que quitan de mi ser la fuerza y la violencia tranquila del cariño.
Y te llaman perro.