Amar es hacia el otro reflejarse
igual que ante un espejo en semejanza
formando, mutuamente, una alïanza
que admira su razón de contemplarse.
Recíproco es el gozo de mirarse
surgido en un cristal de confïanza
e imágenes nos da de una esperanza
que anima a las parejas a besarse.
Incide en el amor de cada uno,
la dicha de observar que nos proyecta
el prisma de un momento siempre corto.
Aporta brillantez a lo que es bruno
y el haz de sus pasiones nos conecta
a instantes en que el tiempo queda absorto.