Hoy, mis manos visten dos suaves y blancos guantes,
mi conjunto fue escogido en base a tus deseos,
prendas verdes con hermosos pliegues que danzan con el movimiento,
¿Me pregunto si hoy podré escoger la canción? .
El amo ha llegado, trae consigo mi vida,
hilos finos y delicados que impulsan mi cuerpo a su agrado,
el sujeta mis brazos y piernas,
y reduce mi existencia a su deseo personal.
Sus manos, acarician mi cabello,
y su voz despega una ola de emoción.
“Mi querido amigo, estás conmigo una vez más”
una corta frase que siembra en mi, el fruto de la felicidad,
y comenzamos a su manera; giros, saltos, volteretas,
mi cuerpo es preso del placer ajeno.
¡Querida amo, está usted sonriendo!
La alegría de complacer, inunda mi corazón,
sin embargo, la alegría es tenue, la alegría es frágil,
y cómo todo los días, la esperanza se rompe.
Una lágrima, no, un torrente de agonía,
limpia mi rostro pálido de aquel pesado maquillaje,
mis hilos, son arrojados con inmensa brusquedad,
un tosco impacto invade mi piel.
Húmedo de lágrimas, tiritando de frío,
siento la dureza del rechazo con todo mi ser,
recibido por el suelo, consolado por la pena,
vuelvo a caer, y estoy solo una vez más.
Querido amo ¿Por qué te fuiste?
¿Qué hice mal? ¿No fui suficiente para usted?
esta triste marioneta nos es nada sin unos hilos que le guíen,
la canción de hoy, terminó gris para mi.
Una vez más, desechado, sin valor,
dependiente de alguien más,
hoy la marioneta llora en un rincón,
solitaria, sin ninguna clase de amor,
así es la vida, de esta marioneta.