Has bordado
con el hilo de la espuma
de tus labios,
en mi cuerpo la locura.
Esbozando
con tu lengua una pintura,
sobre el tallo
colosal de mi escultura.
Con un lazo,
vas trazando una aventura,
al contacto
de tu piel con mi figura.
Y ese falo,
que se abrasa en calentura,
temerario
te acomete sin censura.
Te he besado,
en el sesgo de tu vulva,
reintegrando
el deseo a tu hendidura.
E inundado
con lo acuoso de tu lluvia,
el gran bálano
que te asedia con lujuria.
Revelando
en tu cueva tan profunda,
el orgasmo
que nos priva de cordura.
Y se celan de tus manos
los luceros de la luna,
enojados
porque anhelan tu fortuna.