Caminaba pensativo
por la alameda en silencio,
sin reparar en la gente
ni en los gorriones traviesos,
y marchaba ensimismado
como el agua en la corriente
de esos ríos taciturnos
que de los montes descienden
sus pensamientos vagaban
en profunda algarabía
sin reparar en detalles
y latidos de la vida,
¡qué mala imagen dejaba
la figura del retrato
con sus pasos y su rumbo
por la nada, caminando!...
Retozaban los relojes
recorriendo el segundero,
de esa vía en lontananza
y del tren con pasajeros,
y corría vigoroso
recogiendo en los andenes
a personas que esperaban
de la vida sus placeres,
porque quedaron anclados
en un mundo sin sonrisas
donde las horas se pasan
y se cansan las pupilas,
¡qué triste espera del hombre
en su otoño y cuesta abajo,
que mira al cielo y que pide
poder vivir muchos años!...
\"...Caminando por la playa,
recordaron las estrellas
a las lágrima de un niño
que quería ser poeta...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
17/05/20