Déjame ser el coleccionista de tus besos,
el ladrón de tus miradas y sueños,
la silueta oculta en el paisaje,
solo para poder contémplate, solo para poder admirarte.
Déjame ser el sueño, el suspiro y la esperanza,
tus desvelos y tus dolores de cabeza,
quien te espera en aquella esquina para acompañarte.
Déjame ser tu amigo, tu confidente, tu compañero,
tu primer pensamiento en la mañana,
la ausencia cuando me echas de menos,
el susurro que de tus labios delicadamente se escapa.
Déjame ser el dueño de tus sienes y caricias,
tu protector, tu consejero,
el milagroso sentimiento que devora el corazón y las entrañas.
Déjame ser el dueño de tus pensamientos,
acompañante de tus días y centurias,
el que conoce tus secretos y anhelos,
déjame ser tus recuerdos, tu futuro y tu presente,
déjame ser...