Me gustan tus versos, esa forma tan exquisita de seducir la tarde, tu forma de esperar los colores del amor, sin apurar el verso y bebiendo despacio cada estrofa, parecieras que ni llamas los recuerdos, sino que son ellos los que buscan el pulso de tu pluma, cuando la alegría de tus brazos requiere que tu guitarra, ponga tonos a tu candor, para alegrar la tarde.
Siempre que veo tus versos ocupando mi canción, me pregunto, que hice para merecer tu canto. Será acaso que llegé cuando tu corazón herido, se arrastraba por los dolores del abandono, fui quien remendó tus recuerdos, reparo tus sueños y hoy tu verso ocupa la tarde, se adueña de la noche y por las madrugadas dejas un ramo de violetas, junto a mis sueños.
Cuando vienes de tarde a la terraza de mi estudio y pides que lea tus poemas y te los corrija, me quedo pensando y me parece que un cuadro de Rembrant, nunca debe ser retocado, al igual que tus versos, pues no tengo derecho a quitarle la otra oreja a Van Gogh y tus versos tienen derecho a ir por todos los sentimientos, así como nacieron, como son.
Muchas de las veces no estamos contento con el camino que toma la pluma y su flojo caminar por la hoja va dejando el rastro de los jirones de corazón que vamos asignando en cada letra, pero la pluma se conecta con el corazón, mas no con el cerebro y cuando agarra esos caminos, es porque lo hace para aliviar la pena que nos aflige.
Cuando uno escribe, es solo un vehículo que la inspiración toma y a veces su conducir es desbocado, accidentado, pausado o de plano nos deja tirados en medio de la hoja y por mas que movemos sus letras no sabemos cómo fue que ya no quiere andar el verso e inicia la guerra entre el cerebro y el corazón, entre la hoja y el sentimiento; terminando en rendición.
Por eso me gustan tus versos…suavecitos se deslizan por cualquier suspiro, llegando a tiempo, antes de cualquier ilusión, se adelantan al dolor y cuidan que los recuerdos solo traigan en su equipaje las horas felices que nos trae de regreso las risas que la madrugada nos quedó debiendo. Por eso quiero que tu verso, se quede así, como el sentimiento lo creo.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO