Lourdes Aguilar

UN CUENTO PARA DOS

En las orillas de un cenote

Se bañaba una mestiza

De pronto sintió una punzada

Cómo cuando clava sus aguijones el pesar

Entonces rodó una lágrima

Encerrado el ella un pedacito de corazón

Tal ligera lo sintió el agua

Que desde el fondo la corriente lo arrastró

Oh milagro de los cielos!

Al pedacito salieron aletas y por océanos viajó

Quedó varado luego en la ribera

Del Río de la Plata sin duda alguna

Y como para Dios no hay imposibles

Las aletas transformó en alas

Y así las pampas atravesó

Hasta el hogar de cierto gaucho

Dónde por fin su historia en versos le narró

Después de escucharlo muy atento

El noble gaucho en su mismo pecho preparó

Un rinconcito que fuese solamente para él

Y desde entonces soñó con aluxes y con selva

Soñó tambores y pirámides

Y con una mestiza que sin ver le cautivaba

Mientras ella en su hamaca imaginaba

A galope abrazando la cintura

De un vaquero de las pampas

Despertaba sorprendida en las mañanas

Sosteniendo en sus manos boleadoras

Y en las brumas de sus sueños repetía:

Argentina, Argentina...