QUINSONNAS

Pesadilla (Soneto)

 

 

 

Girando en espiral por mi conciencia

de noche una psicosis me amilana

y elíptica, mortífera y kafkiana,

me tiñe con un manto de impotencia.

 

Nocturna me destroza la prudencia

siquiera sin dejarme algún mañana

y expone con su atmósfera malsana

vapores de una insomne irreverencia.

 

Feroz, su paroxismo, es indecente

volviendo a mi coraje un moribundo

inmerso en la maldad de su semilla.

 

Empapa de sudor mi cuerpo y mente

y en vida es un delirio de inframundo

llamándose, de nombre, Pesadilla.