Amor que siempre irradia mil fulgores
jamás se presentó con tanto esmero;
mostrando su candor tan lisonjero
envuelto en regias nubes de colores.
¡Radiante! Con sus pétalos de flores,
su efluvio me entregó con gran salero;
amor que siempre irradia mil fulgores
jamás se presentó con tanto esmero.
Me dio de la pasión sus resplandores
con beso muy sensual y traicionero;
haciendo de ilusión el gran mechero
que fuera la simiente de dolores:
¡Amor que siempre irradia mil fulgores!
Autor: Aníbal Rodríguez.