Otoño apacible
Muerte de hojas, tristeza de bosques
Paraíso para enamorados, despedida de estudiantes
Recaudo para un poema.
Tus lagos
sin cisnes, ni patos, ni pequeños jugando.
Me inclino sobre tus aguas,
Para beberme el cielo
Suave fuga de amores, árboles y abismos.
Áspera pena del nacer, de la primavera
Del otoño, presagiante frío del invierno;
del abandono de los amores y las nostalgias
Recorriendo mi piel.
Pobre cosa caída
Que la tierra recoge y hace suya,
Para guardarla en su vientre
Mientras llega la primavera.
Pobre de mí
Que mi corazón se precipita al vació del olvido,
no hay una mano, un sentimiento
un poema, nada que detenga los 53 caminos de vida.
Se aproxima el final, la noche herida
Nada que la recoja
Solo una servilleta y una pluma
Que quiere relatar su caída.
Pero sigo cayendo
Sigo muriendo.
Estoy escribiendo,
pensando en ti,
Llegando al otoño de mi vida.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO