He estado allí… siempre,
extendido como un cielo tercamente diurno,
en tus sueños, mientras cierras tus ojos ceremoniosos.
He estado allí amor,
palpitante como un sol moribundo,
en las venas del más minúsculo sonido.
¿Y cómo no estar?
Mi enero, mi noche, mi copa,
mi fórmula creadora.
Seguiré allí mujer,
por instantes fijos,
cubriéndote como rocío ansioso,
hasta que me reclame el hambre de la tierra.
LRL
1-10-2020