Cuando el invierno de la vida
cubra con su nieve a nuestros cabellos,
Y el torrente hostil del sufrimiento
deje su huella indeleble en nuestro rostro;
Cuando las ventanas de nuestro rostro
se empañen con la bruma del tiempo,
Y cuando la primavera de la vida no sea mas
que una nostálgica metáfora de nuestro pasado;
sabras entonces que te seguire amando
con la misma pasión de ayer
cuando el verano de la vida
abrazaba con su sol a nuestras almas,
y florecían fecundos nuestros besos
que en nuestros labios dejaban su marca.
Cuando el invierno de la vida
haya ahuyentado al avecilla de la vitalidad,
Y nuestro andar sean nubes blancas de otoño
que sin prisa hacen su marcha;
Y cuando llegue ese terrible momento
de exhalar nuestro ultimo suspiro,
Sabras entonces que aun mas alla de la muerte
te seguire amando,
Porque para amarte…, porque para amarte he nacido.