Alejandre Alves

Sueños perdidos…

Sueños perdidos…

 

Estaba yo en aquellos días en los que se pasa en nuestra cabeza toda la vida en un par de minutos. Pensaba en lo que había hecho hasta entonces, y cómo no, en el porvenir, cuando en el justo momento que revisaba mis sueños, los ya cumplidos y los que se van a cumplir, él cruzó ante mi mirada con un paso lento y una mirada vaga. Hacía un frío como aquellos que los dientes no paran de chocarse unos con los otros y sin detenerme le pregunté:

_ ¿Cuándo los perdiste?

Sin entender ni una sola vocal, me preguntó:

_ ¿Perdí? ¿De qué me habla señor?

Frente a su mirada cansada y dudosa le contesté:

_ Tus sueños, tus promesas, ¿Por qué estás aquí en la calle?

Me miró por un largo tiempo de 20 segundos y sonrío igual como hace uno cuando no entiende un chiste y enseguida me dijo:

_ ¿Sueños? Solo si sueña cuando si tiene como y donde dormir…

Ventaba mucho y el frío nos cortaba la boca. ¿Cuánto hacía?, qué sé yo, unos 5° grados más o menos. Se vistió nuevamente con la manta que se le caía por los brazos, dio media vuelta  y siguió caminando con frío y todavía sin sueños. Me quedé como paralizado viéndole alejarse de mí y entonces yo no sentía más frío. Me quité el jersey negro que llevaba y volví a revisar los míos para que no se perdieran a lo largo de la vida como los suyos ya se habían perdido.

 

Alejandre Alves,

Martes, 19 de mayo de 2009

A las 17h27m.