Vengo ante ti, me declino ante tu presencia.
Inspiro el aroma de tu piel y galopa mi pecho en dirección desconocida.
Elevo mi mirada ante tu rostro y enmudezco.
Estás ante mi con tu radiante sonrisa, escudriñando mi alma en la profundidad de tus ojos.Te detallo y... te burlas, tu sonrisa delata un destello de lastima por mí.
Mi alma a tus pies, ruega piedad.
¡pietate!, ruego una oportunidad. Ruego un instante y ante mi suplica estallan tus carcajadas.Ante mi humillación levanto el manto de mi dignidad y ruego al destino tu buena suerte.Renuncio a las guerras del amor, renuncio a sentir las mismas heridas una y otra vez. Regreso mis pisadas en dirección a la puerta, bajo el marco regreso la mirada, quiero ver tu rostro una última vez, antes de partir. Estás tan radiante como siempre, vislumbro que no hay signos de dolor, mientras que en mis mejillas llueve.
Vislumbro el anhelo alejarse con sus pisadas sonando en toda la habitación, reconozco la indiferencia cuando el sonido la hace retumbar en mi pecho.
Herida y cansada regreso a la noche, buscando entre sus lunas, alguien a quien amar.