Te vi sin maquillaje y ame tu rostro al natural, te vi despeinada y adore tu locura, te vi con esa pancita y me enloqueció.
Lo sabías y hoy te lo reitero, no me enamore de tu rostro maquillado, ni de tu exelente peinado, mucho menos de tu silueta disimulada.
Me enamore de tu alma, de lo que somos y me haces sentir sin tocarme.
Me enamore de la mujer que representas, de la dama que eres y la niña que escondes.