Indiferencia te causó y herida
has dejado la pluma apasionada
que plasmó con sangre lo que el alma
sueña ingenua pues se creyó querida
Más esto dicta la razón impune
cruel ocaso a mi inspiración imberbe
la agonía azota un corazón que pierde
esa ilusión primera que siempre tuve
No quiero desahogar mis más hondas penas
sembradas por el desdén de tus palabras
ese amor ya no lo quiero, me envenena
es como morir mientras tú descansas
complacida en los brazos de quién veneras
y orgullosa de saber que me despedazas