Mi chica dibuja en la noche.
Aprende de Frida las formas de la tristeza
y la magia de inocular los dolores en el lienzo.
Hay luz en sus manos y en su rostro.
Su mirada me habla de un mundo diferente
y de un océano
no tan azul como el que conozco.
Mi chica besa como una campeona olímpica
y conoce del Kamasutra, trae semilla en sus pechos
y hay un ruido de abeja en su vientre.
Llena de acuarela las paredes
la cama
mi cuerpo
y pinta en las sábanas
sus paisajes de orgasmo.
Todo lo hace un lío o una tormenta
pero al final,
sus cuadros terminan
en campanadas y espirales.
Mi chica tiene plumas como un ave
ojos de flor
y conoce los secretos del arcoíris.