LUCÍA
...y recuerdo que alguna vez cuando yo era muy chico y me humillaban los niños y me ignoraban las niñas y me sonaban las tripas, me trepé en lo alto en un árbol para soñar mi venganza, con ese guión de novela rosa de comercial día a día: justicia de pobre a rico, conquistando la princesa, derrotando un montón de gárgolas con nombres muy conocidos, yo gordo, de azul vestido, con un ferrari rojo y unos lentes bonitos. Vestido de prenda fina, sonrisa de media luna, azul mechón supermán, unas tarjetas de crédito que hipnotizan mujer tonta bonita, mi carro lleno de chicas, risueñas, cortas de ropa y por supuesto con curvas.
Y manejaría mucho dinero ayudando a mis cercanos más pobres, les haría casas y barrios, les regalaría mercados, los haría mis fieles amigos para cubrirme la espalda, daría plata a los curas para que donaran casas, me metería a la política para derrotar leyes feas, reclutaría mi propio ejército para defender mi fe, solo la mía, tendría la mano dura para castigar las faltas, sería muy astuto para atacar los imperios... los envenenaría con sustancias y me pagarían por ello. (Me adorarían los políticos, las reinas y hasta los medios). Y para ser más deportivo compraría mi propio equipo de fútbol que ganaría mil torneos. Y mostraría mi justa furia con poderes como Gokú y sus peleas de los jueves... estallaría muchas bombas y lanzaría muchos rayos. Sería el ídolo de muchos y la musa de los guionistas sin cerebro y de los turistas más tontos que pagarían en dólares sólo por conocer mi pueblo.
...y en un momento de pausa oscilando en aquel árbol, se acercó a mí esa linda niña rubia con esos ojos hermosos, salpicada de pequitas y esa sonrisa divina... y me llamó feliz por mi nombre, \"¡¡¡ Oye, Ramírez Luis Alfredo !!!\", como me llamaba la profe y me insistió que ya bajara, que me llevaba un helado esos que vienen en bolsa. Y nos sentamos en el prado y vimos pasar la tarde.
Y así me salvó Lucía... con el amor que traía.
#LuisAlbertoR
(4-oct-2018)
(Fotografía de Mónika Manowska)