Joel Jaramillo
Tres hermanos
A veces el destino nos pone con personas buenas, malas, amigos, conocidos, etc. Al final algunos se quedan y otros que con
el tiempo se van, y otros que se convierten en hermanos así no sean de la misma sangre. Antes de contar esta historia todos
tenemos una historia en el pasado, y no importa eso ya pasó, a veces necesitamos de personas que nos ayuden a crecer,
que nos ayuden a tener buenos momentos, y los amigos son la droga perfecta para eso, pero existe una clase de hermandad
que a veces queda, y los amigos se convierten en hermanos.... Esto empieza en un barrio pequeño, la pobreza estaba, pero
nunca faltaba un plato de comida, esos barrios que da miedo entrar, de ahí soy yo, y dos amigos más que desde pequeños
siempre estábamos para todo, a veces pasábamos con las rodillas raspadas, otras nos peleábamos pero siempre nos
protegíamos pase lo que pase. Cuando empezamos a crecer la vida fue un viaje, las aventuras que pasábamos los tres, las
risas nunca faltaban por si alguien tenía un mal día ese era el mejor remedio. Pero cuando entramos al colegio cambió un
poco la situación, cada uno estaba en colegios diferentes, y aparte de eso mi familia se mudo de ese barrio cuando amaneció
alguien muerto en nuestra vereda, y así cada quien tomó caminos diferentes, Me acuerdo que una vez iba saliendo del
colegio y me encontré a Miguel el era uno de ellos, Hablamos todo el camino nos contamos de todo y pues si tenia contacto
con Andrés, el era el otro amigo... Y para reencontrarnos un día, le pasé mi contacto y así.. Pasaron como tres meses y recibí
la llamada, y me dijo que nos encontrábamos en el barrio donde antes de vivía, ellos aún seguían viviendo ahí, y pues la
emoción que me dio, eran tipo tres de la tarde ya estaba en la casa de Miguel, de la nada entra Andrés, y nos dice
susurrando \"muchachos tengo hierba\" y yo que será eso, y Miguel dice guarda eso, más tarde más tarde, nos fuimos al
cuarto y Andrés saca un tabaco, según yo (tenía forma de eso) yo ahí con nervios, teníamos como 15 años, y ellos, y lo
prendieron, yo con el humito me estaba mareando, y cuando me lo pasaron me chuque con el humo, cada vez me sentía
más relajado, solo veía que el humo fluía, después de un rato empezamos hablar de la vida de cómo nos había tratado a
cada uno, entramos en conexión de nuevo y hablamos mucho, la verdad yo nunca había estado tan relajado y casi no
hablaba mucho los muchachos ya me conocían que yo casi más escuchaba, pero en ese rato hablaba sin miedo, lo que salía,
y tipo 6 de la tarde los lleve a mi casa, los invite a merienda ya le había dicho también a mi ma, Y en el camino nos pego el
bajón, y como el que barrio que estábamos vendían unas papitas, siempre estaban hasta de pequeños a veces nos
escapábamos a comprar una, y disfrutábamos tanto, que ir a comer ahí nos hizo recordar tanto, que apenas ayer éramos
unos mocosos que andaban por todo el barrio metiendo bulla y con las risillas raspadas y hoy cada quien a hecho su medio
vida, pero si quiera cada uno se comió unas 3 papas, fue un goce, Y así fuimos a camino a mi casa, y como había sobrado lo
prendieron, yo también le hice pero de ahí prometí no volver hacerlo, y nos fuimos corriendo a mi casa, esa sensación que
sentí la primera vez, con mis hermanos y como la pasamos y la corrida no la cambió por nada...
Como la vida es fugaz a veces debemos aprovechar los momentos de la vida, porque cada recuerdo es una página que existe
más en tu vida.