A UNA MUJER EN LA CALLE
Ella iba de prisa,
iba preocupada.
Pasó sin mirarme,
sin voltear siquiera
a verme la cara.
Su paso descalzo
retumbó en la acera.
Su triste mirada
se perdía a lo lejos,
como hipnotizada.
Su rebozo gris
el suelo rozaba,
y su piel morena
el aire permeaba
de un perfume a tierra
y a desesperanza,
de un aroma a soles
y a angustia pesada.
Llevaba en sus manos
una hoja rugada,
la receta médica
para una farmacia.
La siguió mi vista
mientras se alejaba.
Titubee un segundo
en seguir sus pasos
y quizá ayudarla,
pero en un instante
la perdí de vista
y no pude encontrarla.
La soñé esa noche.
El remordimiento
por mi titubeo
meciendo mi cama.
Pasaron los años
y olvidé mil cosas,
y a pesar del tiempo,
hoy volví a soñarla.
©Luis Morales
8 de marzo de 2020.