Desde los profundos pilares de la espesura,
donde se esconde la melodía más callada,
hacia el azul se elevan esencias de blancura
que se ahogan en el mar de tu verde mirada.
En el lejano fragor de la noche oscura,
en la sonrisa de las flores acurrucada
tu fragancia enciende la frondosa negrura
que la luz de tus pupilas tenía apagada.
Tus efluvios lloran en la sonrojada aurora
perfumadas lágrimas que a lo lejos se diluyen
con mis dorados sueños y mis amargas penas.
Perlas de rocío que la lene aura evapora,
suspiros que de tus fragantes labios huyen,
encendida pasión que late por mis venas.
Aromas de nostalgia