Un fotograma
un pedacito de tiempo le quito a esta vida
y es un lienzo lo que consigo,
es algo complicado el sólo decidir
que figura, que color
debe abarcar cada rincón del día a día,
a veces tan abstracto como la distorción de su paso,
otras tan real como escondido mi llanto,
y simplemente no lo sé
no sé si un paisaje en una cuna,
no sé si es una silueta que no brota
o simplemente rostros borrosos
que se juntan en un pictograma
que no se entiende en tres miradas,
ni en un millón.
Entonces si mis lágrimas no son tinta,
ni las sonrisas un óleo seco,
¿cómo podría esta obra, balbusear monosílabos?
¿cómo podría ser, sigilos o escándalos?
¿cómo podría plasmar, apenas, un par de recuerdos?
¿una verborrea astutamente compuesta?
¿un puntito?
ni seguido, ni aparte.
París luce tan atrayente
en sus calles y sus bares
y su arte de absenta en las venas,
pero qué importa
si de embriaguez tengo esta soledad
y de arte las olas chocando en la costa,
un pajarillo quitando una rama
o un perro mojado vagando en mi cuadra.