Tu tienes la estampa que tuvo Hipsipila,
y llevan tus ojos, la luz de lo eterno,
con rayo divino, tan dulce y tan tierno,
que alumbra mi vida con aura tranquila.
Pasión y ternura tu risa perfila,
y ofrece la gloria de amor sempiterno;
en cuyos tejidos mis penas hiberno,
buscando tu flama, que fuego ventila.
La noche la miro tan llena de estrellas,
y siento tus pasos de suave armonía
que traen tus besos, que dejan las huellas
que calan el alma, con su brujería;
haciendo mi mundo portal de centellas
en donde se liba, de amor, su ambrosía.
Autor: Aníbal Rodríguez.