Amándonos estamos
desnudos
entre sábanas blancas
de seda.
Me acaricias el glande
de seda, sonrosado.
Acaricio tu clítoris
de seda rosa.
(Sentimos delirios exquisitos...)
Nos mordemos los labios
-carnosos labios de pasión-,
se entrelazan las lenguas,
te hacen placer mis manos.
Los sexos se entran
en el jardín de los deleites..
Lentos movimientos empiezan...
Jadeas, un ay se te escapa.
Placeres
nos atraviesan.
Entramos en la brisa
del éxtasis:
un ay agudamente exquisito
al unísono damos...
Corriente líquida
baja de nuestros ríos...
Furiosamente nos atamos
(Por el postigo
entra la madrugada...
Ropa interior sonríe
sobre la cama...)
(Salvador)