Sabes en cuántas pieles te extrañé y en cuantas bocas te busqué?
No sabes, no, en cuántos días y noches he muerto por ti
ni lo imaginas porque no hay piel que huela como tu piel
ni boca que bese como tu boca
¿Sabes en cuántos nombres mordí mi lengua solo por no nombrarte
y en cuantas camas te añoré?
No, claro que no sabes, porque no hay nombre que mi voz susurré como tu nombre,
ni hay cama donde pueda soñar como la tuya
¿Dime y tú cuántos cuerpos necesitaste para olvidarme?
Dime mirando mis ojos si encontraste otro cuerpo
que fuera hoguera como el mío y te incinerara
hasta morir de placer cómo lo hacías conmigo
¿Sabes en cuántos ojos me extravié y con cuantas caricias me mentí?
Ningún par de ojos fue espejo donde habitar mi alma
ni hubo caricias que despertaran mis ganas
¿Sabes en cuantas piernas me confundí y en cuántos sexos me frustré?
No ha habido piernas donde enredarme como en las tuyas
ni sexo donde desaguarme cómo un río en el océano
¿Dime y tú en cuántos orgasmos me borraste?
Dime con una mano en tu corazón cuántos orgasmos le proporcionaste
con la facilidad que lograbas regalármelos cada noche de amor
multiplicados entre sudores y gemidos
No necesitas decírmelo lo veo en tu mirada, lo intuyo por el temblor
de tu piel al rozar mi mano; ni tú ni yo nos hemos olvidado.
Ángela Grigera Moreno
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