Lourdes Aguilar

ACUARELA

Un día de campo es llegar cada vez

A posar las mariposas de mis manos

en el llano recién llovido de tu espalda

bajo los cálidos rayos de tu mirada

libar el exótico elíxir de tus labios

envolverme en el fresco rocío de tus brazos



Llegar a la tierra prometida

Es recorrer juntos una playa solitaria

escalar una pirámide, cruzar un bosque

saber que en sus arenas, en su roca o su verdor

nuestras huellas, nuestra risa y algo más

quedará grabado

una choza, una cueva o hierba seca, da igual

el placer no requiere de fotografías ni testigos



Conocer el limbo es ofrecer mi espacio

flotar a tu lado, fluir contigo

retroceder a la primera infancia

Cuando todo era curiosidad y juego

Cuando el temor se desvanecía

Como humo dispersado por el viento

 

El último beso siempre es el primero

comprimido para durar así una semana

un mes o el tiempo necesario

tiempo estival de ramas quietas

donde hibernan los latidos en el pecho