Con su mirada puesta hacia adelante, seguía caminando hacia lo que ella llamaba su libertad, esa libertad de la cuál tenía tanto miedo, si, quién no le tiene miedo a lo desconocido! Después de dejar su pasado pegado en la puerta de aquella cosa que creyó que era amor, se vistió de mujer con amor propio y con su risa de loca soltó un grito de placer, sintió un orgasmo al darse cuenta que no seguía atada a sus demonios.
Después de tantos días y noches en Soledad compartida, de noches de suspirar y llorar, de no saber si era sábado o jueves, se despidió de su patética vida con orgullo y dignidad, si, mundo pendejo! con mucha dignidad de ser quien dio todo y al hacerlo se quedó sin corazón, pero como el fénix que renace de las cenizas, así ha renacido su ser, como un alma llena de coraje y energía para mandar al demonio a todo aquel que se atreva a juzgar, siquiera una minúscula parte de lo que ella es.
Ella, se fue lejos de aquello que le daba temor y le quitaba la paz.
Ahora cada paso queda hacia delante, la alienta y la reconforta a tal magnitud que ya no tiene dudas, y sabe que camina hacia su corazón y con la fuerza de aquel que nunca la ha dejado, sabe que ahora solo D-is puede moverla de su camino porque se largó y lo hizo para bien.