“La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella”
Oscar Wilde
Tentado por probar
el néctar delicioso
de la dulce saliva
que brota de tus labios.
Que la provocación
del tórrido suspiro
que emerge de tu boca
excite mis oídos.
Tentado por sentir
el fuego de tu cuerpo
ardiendo junto al mío,
quemándome la piel.
Que el tropical verano,
eterno de tus ojos,
inflame los sentidos
en pálpito divino.
Tentado porque el tacto
de tus sutiles yemas
me colme de caricias
en un roce continuo.
Y que me desafíes
con tu sensual figura
en un trance lascivo
que avive en mí el deseo.
Tentado por hollar
la cima de tus pechos,
la tibia calidez
que fluye de tu sexo.
Que tus fogosos besos,
incluso clandestinos,
afloren el estímulo
de ambicionar probarlos.
Tentado por anhelos,
por ansias de pasión,
a ritmo desbocado
latiendo el corazón.
Y conseguir al fin
que huya del pensamiento
la tentación atroz
de este perpetuo reto.