El Peregrino Azul

EN CADA VERSO QUE ESCRIBO

 

En cada verso que escribo
queda un poco de mi esencia,
es la prueba, es la evidencia
de que siento y estoy vivo;
tal vez sea un grito emotivo
que traspase la frontera,
de desidia, de sordera
y exprese lo que creo cierto;
tal vez clame en el desierto,
tal vez, rompa la barrera.

 

Puedo abrir mi corazón
en cada verso que escribo,
mostrando lo que percibo,
que impresiona mi razón
y se vuelve inspiración:
gozo, temor o tristeza,
la sencillez, la grandeza,
un aroma o un paisaje,
el rendir un homenaje,
o el ver la naturaleza.

 

Una palabra, una frase,
el afecto que recibo,
en cada verso que escribo
de repente a otros complace,
y eso que de mi alma nace,
va llegando a los demás,
de forma pronta y audaz,
a su corazón y oído,
dejando en medio del ruido
un mensajito de paz.

 

De lo que en mi mente archivo:
lo que llega a mi memoria,
puedo narrar como historia
en cada verso que escribo,
y es así como describo
con detalle en abundancia,
sin orgullo ni arrogancia
lo que vivo, lo que escucho
lo que intuyo, poco o mucho,
lo tejo con elegancia.

 

De esta manera concibo,
un mundo maravilloso,
que va de la pena al gozo
de lo modesto a lo altivo;
en cada verso que escribo
podría mostrarme lacónico,
y hasta con sentido irónico
mil cosas les narraría,
y sé que se escucharía
con tono alegre y armónico.

 

De leyendas y de mitos
que se cuentan en mi tierra
que nos distrae o aterra,
produciendo susto y gritos,
de lo actual y sin refritos,
en cada verso que escribo
siguiendo un claro objetivo
podría hacer narración
poniendo de condición,
que deje algo positivo.

 

Recuerdos de mi niñez,
historias que me han contado,
eso que me ha impresionado,
juventud y madurez,
les narraría tal vez
con sentimiento efusivo,
en cada verso que escribo
de Cáchira, mi pueblito,
les puedo hablar un poquito
de allá donde soy nativo.

 

De las piedras del camino,
que nos hacen tropezar,
en nuestro continuo andar,
cuando se sigue un destino;
hablaría este peregrino,
de seguir la santa luz,
de saber llevar la cruz,
en cada verso que escribo
y aunque el sendero sea esquivo
puedo hablar de mi Jesús.

 

A mis queridos lectores
les puedo yo referir
un mundo por descubrir,
de fragancias y de flores,
con sus vistosos colores,
les motivo a imaginar,
y los llevaría a soñar,
con jazmín, rosa y olivo
en cada verso que escribo
sus sueños puedo pintar.

 

Un retazo de mi vida,
una risa en la tristeza,
en la pena, fortaleza,
y en el rechazo, acogida;
una amable bienvenida
al que a mi puerto de arribo
aunque tenga o no motivo
brindo con sinceridad
y una muy franca amistad
en cada verso que escribo.

 

©🚶‍♂️👣🇨🇴 El Peregrino..