Responde, Dios...¿A que esperas? ¿Podrás calmarme este llanto?
¡Estoy de sobra en el mundo!, ¡Tampoco anhelo existir!
Regalas fuerza a mi espíritu luchando contra mi espanto
sin nada yo pretenderlo…¡Queriendo sólo morir!
La vida busco dejarla hundido en este quebranto
sufriendo un íntimo infierno sin ganas para vivir.
Padezco duros reveses y erguido apenas ya aguanto
rogando, en vano, que pronto en paz me dejen partir.
¡Mi ser, malignos, devoran e igual mi angustia la encienden!
Mi propio fuego respiro con llamas huecas e impías
ardiendo eternas sin pausa las noches, tardes y días.
Sus males pruebo yo mismo sintiendo como me prenden
autor causante de un daño que inflijo a todas mis venas.
Letal les quemo la sangre…¡Mi sangre quemo con penas!