Son las 2:40 en mi reloj. No sé a qué hora te acuestas, pero ten por seguro que en mis brazos estás, duerme amor mío, sueña conmigo y te cantaré al oído toda mi sensibilidad. Quisiera mirarte dormido y ver como la ternura se apodera de tu rostro al abandonarte al sueño. Quisiera delinear con mis dedos el contorno de tu rostro, dibujando tus cejas, tu nariz, la curva de tu boca y depositar en tus labios, el más tierno beso que jamás hayas recibido.
Duerme cielo mío que en algún momento de la noche, mis ojos se cerrarán y te acompañarán en el sueño. Cuando amanezca y despiertes primero, acúname en tus brazos, transmíteme el calor de tu cuerpo, dame un beso en los labios y déjame dormir. Para que cuando mis ojos se abran, me sienta mimada por ti. Es rico sentir que despiertas al nuevo día.
Son ya la 3:30 de la madrugada, me quito la ropa para meterme a la cama. Hace frío, cobíjame con tu cuerpo y así desnuda dormiré en tus brazos.