Eres una princesita
Que vive en mi corazón,
Una cálida mansión,
Templo de luz que palpita;
Eres, mi niña bonita,
Quien desveló la pasión;
Quien me mostró la razón
Que a la virtud nos incita;
Dulce pozo de ternura,
Huerto de aroma y color;
Agua viva que perdura
Con un divino sabor:
Mi alma, muy franca, te jura
Una eternidad de amor…