Ayer te vi pasar por unos de mis recuerdos, ibas tan llena de vida, que no quise recordarte que habías dejado pendiente una promesa. Quería decirte que no te acercaras tan ilusionada al nuevo comienzo, porque la vida nunca deja de cobrar las deudas que la prisa de una despedida siempre deja pendiente, pensando que nunca hemos de regresar
Hay veces que la mañana me sorprende con la hoja en blanco, los sentimientos desesperados y la nostalgia abierta como cartelera de cine y el insomnio me hace clasificar cada una de esas vivencias encerradas en la capsula del tiempo y repaso lentamente cada recuerdo que contiene y algunos son como gotas de mercurio y el tuyo es uno de esos.
En sueños pasados me encontré con sueños insólitos, no tenían cara, tiempo, edad ni nombre. Solo estaban ahí, era como una idea fugada de la mente de Jean Paul Sartre, porque estaban ahí, existían, pero no eran nada. Parece un galimatías, pero existían y no existían, pero me di cuenta de que me producían un gozo muy parecido a la felicidad.
No fui yo el que te busco, fue la vigilia de esa noche quien te trajo de nuevo a este pensamiento a punto de dormir, me hubiera gustado que no tuvieras rostro, que la tarde de ese día no se hubiera posado en tu cara y que la noche no adornara tu pelo con estrellas y menos que te hubiera puesto la ternura en esos dos luceros de tus ojos.
Que gratificante es escribir a veces con enfado todo lo que pasa por mi guitarra esperar la noche junto a tu promesa, escribir, atrapar todas las sensaciones que me da la noche y al ver que no vienes, irte a buscar en sueños pasados y solo encontrar señales de tu paso por la vida, perfumando cuanto poema encuentras a tu lado e iluminando sueños.
Esta noche te voy a esperar junto al sueño 54, te llevare la promesa de humos que dejaste en mi alcoba la noche que de improviso partiste a un llamado que te hizo la luna y que luego al querer regresar; el sol confundió tus pasos y te perdiste en la sombra oscura que caminaba muy cerca de lo que después fue el dolor que te quito la risa feliz de tu rostro.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO