Ya caía la tarde, se ocultaba el sol, cuando sin esperar
Un Señor me recordó
Lo grandes que son los viejos
Y lo valioso que es Papá.
Hablamos de las riquezas
Esas que valen tanto
Que solo tienen precio
En un corazón sincero
Ese que tienen los viejos.
Me hizo extrañar a mis abuelos
Y con Ellos una evocación de recuerdos.
No pude contener las lágrimas
Son tantas cosas
las que se van con Ellos.
Agradecida estoy porque aún viven mis viejos, y son testimonio de las costumbres más bellas
De los valores altivos
Y la fuerza de un corazón infinito.
Pero recordé hoy lo que se acaba cuando se van los viejos.
Ya no hay un plato en la mesa
Que huela a las manos de mi abuela
Ya no hay un árbol de guayabas
Que me recuerde el cariño del abuelo.
Ya nadie hace chirriar el Trapiche
Porque se fueron los viejos
Ya nadie alegra al vecino
Con la miel hecha alfeñique
Porque se fueron los viejos
Se acabaron los cañales
Ya no son igual los cafetales
Ya no son dulces las naranjas
Porque se fueron los abuelos
Ya nadie encanta las mañanas
Porque se fueron los abuelos
Se reúne poca gente en la vieja casa
Ya no huele a café recién hecho
Solo está colgado en la puntilla un sombrero.
Porque se fueron los viejos
Cambiaron las historias
Cambiaron de acento los cuentos
Yo guardaré para siempre el recuerdo.
Se fueron los viejos
Los de las buenas costumbres
Los de los grandes valores
Los de cicatrices ásperas
Esas que les dejó el trabajo de sol a sol, pero sobre todo los de puro corazón.
Así son Papá y Mamá
Los que heredaron lo bueno
Lo bueno y bello de los abuelos
Así son Papá y Mamá
Los que conservan, costumbres, valores y recuerdos.
Hoy recordé a los viejos
Los que se van sin avisar
Los de amor puro y sincero
Los que vivirán siempre en mi recuerdo.
Nada es igual sin ellos,
ningún camino es el mismo al recorrerlo,
así como con el paso del tiempo cambia hasta el color de su pelo,
así cambia todo cuando se van los viejos