Esta soy yo, y pese a que no marco gran direfencia, y al contrario, soy indiferencia ante el cosmos y su inmensurable compadecencia... ¡Esta soy yo! Con la gloria y el caos en mis manos; con la pupila refleja en el reflejo de Cefeo cuando recito a Borges. Contemplando mis arranques de fallo juicio, locura y clemencia. Puedo romper y unir corazones, corromperme y salvarme entre cientos de millones. Fingir que estoy en calma cuando estoy en guerra interna. Y es que a decir verdad, jamás se me ha dado por cumplirme y presentarme al mundo como la exalsa criatura, más buena, porque al fin de este rudo camino, como bien dijo Nervo, yo sabre que fui la arquitecta de mi rudo o pasivo camino. En mi hay carencia y fatalidad, pero si venís vos y me cantas bajo la llena, podría concluir y deluirte ante mis letras, como la esencia más buena que ha tocado los bordes de mi tierra en guerra, todo ello cuando de pronto y poco a poco yo con mis labios y entre ceja a ceja te voy teniendo cerca, cerca.