Allí donde la progenie del sol
hunde su instante
la hiedra deshoja mi sangre
sombra feroz
que arranca reflejos
elegidos por la oscuridad
cascabeles que la luna envenena
con la piel tragaluz
del león verde
durante la prisión del mar
soy el calígrafo
que destila espejos
ser indígena del abandono
encaramado al éter
la espuma reencarna
y atraviesa la llaga fósil
del espíritu