CARLOS GUILLERMO ESPINOZA LIZANA

EN EL BOSQUE

Verde rincón vegetal,

del Quijote vigilante y sus molinos;

rebozado de un lenguaje natural,

y tapizado en polvorientos caminos.

 

Atrás quedo la silenciosa huella,

que en la huida nos llevó a tu centro;

ocultándonos del mundo y su mirada

atisbando los pasos del encuentro.

 

Abrazados al amparo de tu seno,

dibujamos nuestra danza de placer;

de luz tocados por un rayo solitario,

que el ramaje en su entramada dejo ver.

 

Encumbrado el sol a la alborada,

fue cubriendo la campiña en su esplendor;

con su magia de colores pincelada,

guarda el bosque las imágenes de amor.

 

Mudo atrás dibujado está el momento.

en jaula de hojas atrapado eternamente;

saltó el sendero hecho polvo al viento,  

despidiéndonos en su ocaso lentamente.