Un ángel te ha observado
y vio tu destino sangrando
quiso avisarte y nada
quiso aliviarte el dolor
y no lo escuchaste.
Lanzó una ventisca de luz
rayos entre la lluvia
guijarros en el agua
fuego en el amanecer
y te refugio de la brisa.
Anoche se asomó y me dijo
entre los soles al mediodía
entre laureles y tilos
que cierres los ojos y sientas
mientras leyeras te acompañaría
y en tanto, te bendeciría.