Guardan las montañas secretos milenarios
para flora y fauna, verdaderos santuarios.
Causes de riachuelos con aguas cristalinas,
en sus frescos bordes anidan golondrinas
las que alegres cantan por todas las esquinas
sus bellos acordes en tardes mortecinas.
Dios nos da un regalo lleno de fantasía
su equilibrio muestra la perfecta armonía.
El hombre de hinojos ante los escenarios
que llevan el sello de las manos divinas
muestra su embeleso rindiendo pleitesía.