Un buen día un muchacho joven, de piernas delgadas entro en mi vida a zancadas
Su sonrisa penetro mi mirada, y a los pocos meses nuestras almas se ataban
Quieres salir? Me dijo un día de Octubre, lo mire a los ojos y asentí
Me puse mis jeans, mi blusa ochentera, tome de su mano y lo seguí
Nuestro rumbo era incierto, nuestros pasos seguros, avanzando adelante
Sin planes, sin afanes, solo de la mano y con mucho desplante
Y pasó una semana, y el chico no me besaba, mi corazón saltaba
Cada vez que me buscaba, mi estómago volaba con mariposas aladas
Y llego el día esperado, en una plaza de barrio, el chico delgado
Me tomo en sus brazos, a la luz de la luna y me beso muy largo
Sentí que me unía a él por siempre, que ya no existía ninguna razón
para separarlo de mi corazón
Y así pasaron cuatro años de citas repetidas
Él tomaba mi mano, me besaba y yo florecía
Yo acariciaba su cara, su pelo y él sonreía
La necesidad de vernos aumentaba cada día
Cuando menos lo pensamos unimos ante Dios nuestra vida,
y hoy llevamos hartos años de experiencias y alegría,
y el amor que surgió en los ochenta, dio fruto al poco tiempo
llegaron los hijos de la fusión de un amor eterno