ALGUIEN
En la muchedumbre anónima, alguien existe para mí durante el momento que lo miro y lo pienso. Y al desaparecer de mi vista, tal vez muere en mis recuerdos.
Si me detengo a pensarle, alguien fugaz para mis ojos tiene una vida muy suya en mi mirada.
Y en humana semejanza (la que cada uno fabrica), para mí ese alguien tiene un aura, un indicio de vital contexto que inevitablemente carga.... la emoción expresada en su rostro, la claridad de su pupila, la actitud de su cuerpo, la nobleza de sus manos, la experiencia de la piel, la expresión de los brazos, la dignidad de sus pasos, su empatía a lo diverso, el indicio de sus labios... y más cosas.
Si lo pienso, en la muchedumbre nacen y mueren en mi mente muchos mundos. Uno a uno. Que tienen en mis ojos sólo instantes.
Entre la muchedumbre, yo nazco y muero con indiferencia en algunos ojos. Y en la mayoría de miradas, yo no existo.
Entonces, valoro la importancia que tienen las miradas que regresan a mí, frecuente, y que me hacen parte bonita de sus vidas.
Miradas que, en mi mirada, permanecen vivas.
Y si por ventura entre la muchedumbre nos tropezamos con alguien en afectuosa mirada conocida, el instante ríe intencionado de abrazos y una alegría íntima del saberse tras los ojos.
LuisAlbertoR