Mis labios pronunciaron tu nombre. Y formas increadas de amor volaban sobre mis pupilas. Un relámpago de fuego se hizo luz en el silencio y furia inusitada agitó la sangre en mis venas.
Libela traslúcida aleteo una vez más en mi ventana. Descorrí el velo, y la noche en su magnánimo misterio no dijo nada.
Un sudor frío recorrió la habitación, y suave brisa deslizó de mi cuerpo las sábanas blancas. Un olor a rosas inundó el lugar y rojos pétalos cayeron sobre mis labios
De pronto, apareciste, como ayer, como siempre, en medio de la noche, con tu cabello desordenado y tu cara mojada. Quise tocarte y mis dedos se hundieron en la niebla de la nada. El corazón sintió dolor y una lágrima furtiva rodó por mis mejillas.
Entonces, el cansancio se hizo sueño, y el amanecer floreció sobre las sombras.
Y ahora…
Sacudes de las cenizas
Ese amor sagrado
Ese que duerme en la alfombra
De los recuerdos
Ese que miró por lunas a través de tu mirada
Que gozó sobre tus letras
Dibujadas en mi cuerpo
Ese que reía y pintaba corazones sobre mis pechos
Y que cubría mi cintura de diademas entorchadas
Ahora…
Quiero verte y oírte pronunciar mi nombre
Con la fuerza del fuego
El fulgor de las estrellas
Y la furia del viento.
Y esta vez
saber y sentir, antes que deseos,
De amor, de amor verdadero
Y
Escuchar cerca de mis oídos y labios carmesí
Versos de amor y vida
De aquellos que agitan el aire y sacudan el alma.
Y entonces...
Se abrirá de par en par
Las puertas de mi corazón
Y mis dedos recorrerán tus labios
Recorrerán tu cuerpo
Con la fuerza de este amor
De este amor perenne
De este amor sagrado.
* Imagen: Créditos a su creador.
Luz Marina Méndez Carrillo/09102020/ Derechos de autor reservados.