“Para que oigan y vean, sin tanta verborrea”.
Dedicado con humildad a la vapuleada Gea.
Lo gritan abajo en el sótano
lo replican por la azotea,
mirando en el Catatumbo
como es que relampaguea.
Torrencial para araguatos
y lo que viene es Enea,
que si no fuera por el ojo
la mona no fuera fea.
Ventisqueros del Sahara
lunita de miel por Galilea,
si hebreos y ebrios son dos
albricias judíos de Judea.
Curiosidades del idioma
y no se me va la idea,
que no se trata de
tampoco de verborrea.
Musas muy seductoras
entre ellas mi Galatea,
no la comparo en glamour
ni con la misma Dulcinea.
Y me soné plácidamente
en los brazos de Morfea,
y no se trata de machismo
es mi diosa en mi Odisea.
No deseo mal a mi prójimo
ni tan siquiera diarrea,
para embusteros la noche
que muy pronto esclarea.
Y tendrá su medicina
el malévolo en grageas,
sus frutos se disiparán
como humo en chimenea.
De todas las divinidades
mi dilecta la llaman Gea,
lo repito hasta la saciedad
y escribo para que otros lean.
El orbe hemos de sanar
como efectiva panacea,
en un concierto fraternal
para nuestra global aldea.
Y acá pongo punto final
en esta jocosa tarea,
mi poema es libro abierto
no comparable con teas.
- Hermes Antonio Varillas Labrador
#FormandoCiudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños