Orquídea fabulosa
las tundras de nácar
son tan rara estación
que ni siquiera las madrugadas
logran cruzarla
donde el ser te alcanza ululante
abismo de su otredad
la ebria descendencia
ahorca su sombra
con la velada inclinación del ciervo
embestida de los espejos encarados
clepsidra que acelera un despertar de vidrio
empírea ronquera del aire prescrito
güisqui melódico
de ocarina iluminación