Carlos Eduardo

Shakespeare

 

Shakeaspare

 

Le puso por nombre al perro,

un can de la calle

poco agraciado y tímido.

 

No sé por qué él

tenía esos afectos

si despreciaba a las gentes

por su color

ideología, sangre, origen.

 

Eran los tiempos del fascismo,

nazismo, comunismo, anarquismo

desatados;

aún perduran

con mil formas más

de división y segregación.

 

Pero este quiltro era humilde,

sin pretensiones, simplemente jugaba

y movía la cola.

 

Pasó sin pena ni gloria,

destacándose sólo por su calificativo.

 

Pero los ismos se mostraban los dientes,

se mordían, alertaban, 

había conflagración,...

hoy persisten.

 

Vendrían más mascotas

y el mundo continuaría

desintegrándose

...