Muy herido te han dejado
tantos buitres de carroña
casi al borde del barranco
con sus acciones oprobias.
Lastimado y lapidado
con sutil incoherencia
la utopía la emplazaron
quemándola con la hoguera.
Con tu sangre derramada
sin germinar consecuente
dejó de ser la corsaria
y terminó pervirtiéndose.
Su interés por el poder
y todos sus privilegios
con los versos signaré
por pagar tan alto precio.
El dolor intestinal
desangra aún tus entrañas
y con falaz unidad
la lucha estará castrada.