Desenfundó su corazón sin ningún esfuerzo.
Separando de ella el poco amor que me tenía.
Disparó un par de vocablos tan hirientes como;
El insalubre, mortífero veneno, injurioso de cobra.
Me tomó por sorpresa. Yo tan solo, anhelaba amarla.
Recuerdo sus suaves labios, tan perfumados como ella.
Pero cuando empezaba a irradiar su amor por los aires.
Un ponzoñoso vejatorio suyo, sin tener piedad, me mató.